La verdad que la experiencia que tuvimos en este hotel fue primera, en todos los sentidos. En primer lugar y, dado la situación que había con el Covid en la fecha de nuestro viaje (enero del 22), hay que resaltar la higiene del lugar junto con los protocolos que se manejaron que la verdad que fueron de primera. Las instalaciones también fueron excelentes, desde la habitación que era super confortable y equipada hasta el quincho que hay en el patio que utilizamos una noche que compramos comida para llevar. El personal en todo momento estuvo a disposición para resolver cualquier duda o dar una recomendación sobre que hacer o donde ir a comer. Un punto muy alto de este alojamiento son los desayunos, sirven una mermelada casera de frambuesa que es una delicatessen, además de frutas frescas que para nosotros era muy bueno ya que viajamos con nuestro hijo de 2 años que es lo que suele comer por las mañanas. Muy recomendable y sin dudas volveré!!!Más
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