Llegamos a Pailahue un fin de semana de junio con mis hermanas, prima y sobrinas, El lugar es encantador, muy bien ubicado y con vista inmejorable. Nos alojamos en una cabaña de las mas antiguas, de frente al lago con un pequeño jardin privado. las instalaciones son muy comodas, la pileta, el sauna, la sala de juegos logragron que los 3 dias de lluvia fueran mas amenos. Tomar el desayuno, rico y abundante , en ese espacio calido y agradable, es un sueño.