Por donde empezar;
Al llegar el hotel parece, des de fuera, un hostal bonito, pero al entrar a las habitaciones cambiaba radicalmente: todo me duplicaba la edad. Las camas eran muy viejas, el lababo estaba muy sucio, parecía que no lo habían labado en 3 meses. La habitación iba por el mismo camino, habían piezas de ropa debajo las camas. Cuando encendimos la ducha, vimos que habían bichos vivos y muertos, y del fondo de la bañera, el agua salía marrón. La calefacción estaba tan alta que un familiar mío se tuvo que cambiar de habitación dado que no podía ni dormir. El que parecía ser el dueño, nos mintió todos los días: nos dijo que estaba todo cerrado por nochevieja, que no había donde salir, y que solo podíamos cenar allí, así que el primer día lo hicimos; la comida no ofrecía mas de tres platos, y a parte de ser larga la espera y cara la cena, estaba muy malo todo. El desayuno era pésimo, lo que se suponía que era una tortilla francesa parecía un zapato. Incomestible. Los sandwiches que podías llevarte como picnic se desacían, hasta llegar que a la mitad no quedaba bocata. El servicio de habitaciones era aun peor, el primer dia no arreglaron la habitación con la excusa que no querían entrar para que no nos enfadasemos. Por ultimo, el ultimo día no nos dieron de desayunar.
Por otro lado, la gente era simpática, la localización no era mala aunque era de los hotels mas alejados del centro y por el cual se tenía que llegar por una cuesta de tierra y tienen un bonito jardín.
Para nada recomendable. No comaís allí.
Esperemos que el dueño lo tenga en cuenta pues mejorando un poco estos aspectos el hotel podría funcionar mucho mejor.