Un lugar soñado: sorprende su calidez dado por el uso de maderas y el color blanco predominante, la amabilidad de Vivian, siempre atenta y dispuesta, la cocina deliciosa, el desayuno soberbio, todo está pensado para una estadía amorosa. Recomendable 100%
Había leído muy buenas críticas y quería conocerla. Tengo que agradecer que por nosotros y otra pareja Vivian extendió la temporada. El lugar, su historia, el entorno, la decoración, la atención, el desayuno, la cena,... nos quedamos con ganas de habernos quedado más tiempo. Volveremos si Dios quiere muy pronto. A pesar de no haber wifi ni televisión.
Es un lugar muy bien preparado para recibir huéspedes que buscan paz y tranquilidad pero con excelentes comodidades. Desayuno y comida espectacular y abundante. Atención del mejor nivel y muy cálida. Vistas increibles a la estepa y la posibilidad de llegar a la costa del hermoso río Santa Cruz ya que la propiedad tiene costa propia. Muy recomendable.
Estuvimos una noche. Nos atendieron como si fuéramos de la familia. Vivian es la encargada del complejo, nos cocinó un guiso de cordero increíble, una tarta de jamón y queso casera, vinos Mendocinos de primera.
Las camas son súper cómodas, con ropa de cama nueva. No pasamos frío en ningún momento porque tiene calefacción central toda la hostería.
El desayuno espectacular, súper completo y con huevos revueltos hechos al momento cuando lo pedimos.
Aprendimos gracias a Vivían un poco de historia del campo, de la ganadería local y alguna que otra anécdota.
Gracias por todo!!! Excelente experiencia
Un lugar espectacular. Muy bien ambientado. Simple y lindo
La atención; mejor imposible.
Vivian es una anfitriona de lujo.
Sencilla, amable y hospitalaria.
Una experiencia inolvidable.
El guiso de cordero....humm!
Y los huevos revueltos recién hechos.....mamita! Nada q ver con los de los hoteles formales.
Todo una maravilla.
