Nos alojamos por mi marido por tres noches. Para reservar de forma directa fue bastante complicado, casi nunca atienden el teléfono, finalmente lo hice por intermedio de una página de viajes. La ubicación del hotel es la mejor, a pocos metros de la principal avenida, de todos los comercios y restaurantes. La habitación me resultó cómoda, amplia y luminosa. Los espacios comunes son muy lujosos. Aprovechamos la zona del spa que cuenta con gimnasio, jacuzzi y sauna. Buenas vistas desde la terraza. El desayuno se sirve en un comedor amplio, es muy variado y rico. Ahora vamos a los puntos en contra, cosas que no pueden pasar nunca en un lugar de esa categoría. No funcionaba el secador de cabello, avisé en la recepción para que lo arreglen y no lo hicieron, pedí que me prestaran uno, ya que como se sabe la zona tiene temperaturas que no hacen que uno salga con el pelo mojado. Me contestaron que no tenían ningún otro aparato para darme. Estuve dos días con ese inconveniente hasta que finalmente la última noche lo solucionaron. Pero no todo fue perfecto, ya que tuvieron serios problemas con el agua caliente y nos duchamos demasiado mal, de forma rápida para no congelarnos. Una lástima, ya que el alojamiento tiene casi todas las condiciones como para ser uno de los mejores de Río Gallegos.