En primera instancia el apartamento parece estar bien. Pequeñito y equipado con todo lo que se pueda necesitar. El problema comienza cuando empiezas a sudar porque el aire acondicionado no enfría en absoluto a pesar de tenerlo al máximo y la cama de matrimonio (que son dos camas juntadas con muy poca resistencia) se viene abajo por estar tumbadas dos personas. Parece ser que no pueden dormir abrazadas si así lo desean, porque el peso hace que se venza. Resultado: pérdida de la fianza irreparable o pago de un nuevo somier por parte de los inquilinos. No se arregla nada hasta el mismo día en que nos vamos, por lo que hay que dormir con los colchones sobre el suelo habiendo pagado por una cama para dormir. La otra solución es, además de perder la fianza, pagar otro importe considerable (los inquilinos, por supuesto) para que una empresa de mudanza traiga otra cama.
La situación del apartamento buena, y la piscina esta muy bien. Pero las condiciones de alojamiento y la sensación final han sido muy malas, ya que dada la calidad del mobiliario nos hemos visto obligados a dormir en el suelo por el simple hecho de hacer un uso normal de los mismos. La única opción era pagar más dinero, y eso no es lo que esperábamos ni estábamos dispuestos a hacer. Todo se solucionaba haciendo boquetes nuevos en la madera del somier, pero parece ser una operación demasiada compleja que no era posible realizar tras lo sucedido.
Calidad/precio | Habitaciones |
Ubicación | Limpieza |
Servicio |