Excelente hospedaje en el Chalten, atendido por sis propios dueños Marcelo y Victoria que hacen que sea único tu estancia allí. Ubicado a 2 cuadras de la plaza y a una de la principal se accede muy fácil y rápido. Habitación matrimonial, muy bien calefaccionada, baño amplio y muy comodo. EL wifi andaba muy bien, el desayuno era casero y muy rico. Muy buena opcion, sin dudas lo recomiendo.

El tipo de hospedaje es muy sencillo y rústico. El dueño (aunque no lo cruzamos mucho porque principalmente una jovencita está a cargo) tiene buena onda y nos prestó palos de trekking. La habitación si bien es muy básica tiene un sommier extragrande y vista al Fitz Roy, la ducha tiene mucho caudal de agua y como dato curioso tiene luces de colores! A la habitación le faltaría unas perchas para poder colgar algo y ganchos en el baño para las toallas. Tambien cuenta con una cocinita con libre uso.
Quizá habría que prestar más atención a pequeños detalles como pintar los silloncitos y colocarles almohadones para poder sentarse, poner unas plantas en los maceteros secos, etc para mejorar la relación precio-equipamiento/confort, teniendo en cuenta la oferta y competencia que hay en el chalten.

Los dueños super amables y dispuestos a ayudarte y aconsejarte; las habitaciones muy lindas, siempre limpias y la cama muy cómoda.
El único detalle es que la cocina es pequeña, no muy apta para cocinar, pero es un detalle muy pequeño dado lo bien que la pasamos!! Yo fui por recomendación y se la recomendaría a todo el mundo; excelente relación precio/servicio!