Para nosotros la Patagonia siempre es la primera opción para las vacaciones. Nunca habíamos estado en Villa Pehuenia y quedamos sorprendidos gratamente por el lugar en general y también por el alojamiento y la calidad y calidez del servicio recibidos. Roberto se brindó completamente y merced a su excelente predisposición tuvimos una estadía maravillosa. Nos aconsejó sobre qué visitar y siempre estuvo en contacto para asistirnos en lo que necesitáramos.
Villa Pehuenia es un destino muy particular en la Patagonia. Es un pueblo pequeño pero con gente excepcional. No es comparable en servicios a Villa La Angostura o San Martín de los Andes, pero el entorno natural compensa eso largamente. Es simplemente diferente, desde el tipo de bosque que uno se puede encontrar (donde predomina el Pehuén) hasta la relación del pueblo con el lago. Es posible acercarse al lago desde múltiples lugares y disfrutar de playas únicas de arena volcánica gris. La transparencia y pureza del agua de los lagos Aluminé y Moquehue invitan a sumergirse en ellas a pesar de su temperatura. Además, la proximidad de ríos como el Litrán, el Aluminé, el Pulmarí y varios arroyos más, entre otros, dan la posibilidad de practicar la pesca con mosca.
Pero antes hay que llegar a la Villa y es importante remarcar que el acceso será indefectiblemente luego de transitar unos km por ripio. Para aquellos que visitamos mucho la Patagonia no es un gran desafío, pero hay que saber que siempre te puede dar una sorpresa. En nuestro caso, en esta oportunidad pinchamos dos neumáticos del mismo lado casi al mismo tiempo, por lo que la llegada se nos complicó un poco. Nosotros fuimos desde Gonzalez Catán, Provinicia de Buenos Aires, tomando la RN3, luego la RN205, la RP65, RN33, RP60, RP18, RN35, RN152, RN143, RP20 y RN151 llegando a Neuquén desde el Norte. Evitamos la ciudad tomando la circunvalación que te saca a Senillosa, ya al Oeste de la cuidad y de allí por la RN22 hasta Zapala, donde se toma la RP13 y se llega a Primeros Pinos (ahí comienza el ripio) y luego de atravesar un camino que en parte es cornisa y en parte meseta se llega a Villa Pehuenia (el asfalto comienza unos 10 km antes de legar al centro de la Villa).Toda la parte de rutas asfaltadas está muy buena merced a algunos tramos renovados o bacheados. Este camino es el más corto desde Buenos Aires, aunque no lo hice, me dijeron que el de Pino Hachado es más pintoresco.Hay que destacar que en invierno, la RP13 (la de Primeros Pinos) permanece cerrada.
A la ida paramos en Bolívar, Acha y Zapala. A la vuelta cargamos en Neuquén y luego en Daireaux. Hay que tener en cuenta que es mejor tener el tanque lo más lleno posible al llegar a Pehuenia, ya que allí hay un único puesto de abastecimiento con horario reducido y los combustibles disponibles son Grado 1 y 2. La alternativa es cargar en Aluminé, a 60 km de Pehuenia, donde se consigue toda la gama. Eso sí, si necesita usar el baño de esa estación de servicio de la firma Nacional en Aluminé, llévese el papel higiénico, ya que el encargado sabe que no hay pero al parecer no le importa.
La Villa cuenta con una buena oferta de servicios gastronómicos y de turismo: excursiones, pesca, MTB, trekking, canopy, etc. Hay también varios supermercados con precios razonables.
El complejo de Roberto está ubicado en la zona conocida como La Angostura, es decir, yendo hacia el Suroeste hacia Moquehue por la RP13, unos 3 km después del centro de Pehuenia, a mano izquierda, luego de cruzar un puente de madera (por cierto, buen balneario) y luego a mano izquierda en dirección al lago Aluminé. Hay dos cabañas recién estrenadas. Nosotros ocupamos la mayor (para 6). Ambas están ubicadas en lo alto frente a la costa del lago, al cual se puede acceder a través de unos escalones realizados sobre la pendiente. Ahí abajo hay una playita de al menos 100 metros de ancho que se interna hacia el lago otros 20 metros y donde la profundidad no supera el metro, para luego sí volcarse a una zona más profunda. Hay que destacar que la zona está bastante resguardada del viento y por eso es muy confortable estar afuera incluso en las mañanas más frescas (en verano unos 12 grados pero el sol asomando de frente es increíble). Una cosa que de vez en cuando lo sorprende a uno es la ausencia de ruido. No más que los pájaros y de vez en cuando alguna conversación distante. Estando allí se puede apreciar lo que es el silencio, especialmente si uno tiene el oído contaminado por tanto ruido de las zonas urbanas.
Como dije, la cabaña es nueva. La que ocupamos tenía 3 habitaciones (una matrimonial tamaño king, otra matrimonial tamaño queen y luego una con dos camas de plaza y media). Todo el blanco, incluidas sábanas y cubrecamas de primera calidad. Mención especial merecen los sommiers de todas las camas. Cada habitación cuenta son su placard con cajoneras y estantes. Allí también nos encontramos mantas de refuerzo.
Hay dos baños, uno de ellos completo con ducha. La cocina está completa, con cocina, horno, microondas, heladera, menaje, etc. No nos falto nada para cocinar, incluso toda la cuchillería necesaria. En el living se encuentra la mesa con 6 sillas, la TV y sillones. Hay también una salamandra Bosca que debe ser bárbara, aunque nosotros no la necesitamos. Todas las ventanas son de vidrio doble y el acceso principal tiene una sala de transición (para los días más fríos, que evita que el calor de la casa se pierda), pero además, la casa está equipada con un sistema de calefacción central y radiadores de agua, que en caso de necesitarse, se encienden con un sólo botón. Afuera el deck cuenta con una mesa, dos bancos largos y una sombrilla. También hay un chulengo, indispensable para algún asadito.
En cuanto a conectividad, la TV tenía servicio de DirecTV y el WiFi era de 2Mb, lo cual es lo máximo disponible en el área. Cae mencionar que en la zona de Pehuenia la telefonía celular carece de conectividad para datos, por lo cual hay que olvidarse del Whatsapp en la calle.
En definitiva, esta fue una de las mejores cabañas que visitamos. Excelente ubicación, vistas tremendas, excelente equipamiento, excepcional atención. Por ubicación, entorno y calidad del servicio recibido seguramente vamos a estar volviendo.