Nos quedamos en una habitación muy amplia y cómoda, con salida directa a la calle. La señora que nos recibió muy atenta. El desayuno con pan casero, rico y abundante. Mi única crítica recae sobre las camas, las sábanas son muy viejas, y las colchas no parecían recién lavadas, sobretodo las que saqué del placar. Un detalle para mejorar, pero después, lo recomiendo.
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