La propuesta es insuperable, el lugar, el servicio y la gastronomía no tienen nada que envidiar a los más exclusivos alojamientos del mundo. Desde que te reciben hasta que te vas, no dejas de admirar cada momento que transcurre.
Las actividades son muy placenteras sin ser invasivas y constantemente te ofrecen todo lo necesario para que te sientas espléndidamente bien. Los detalles y el gusto de la decoración es sorprendente.
Mención especial para Carla que está en todos los detalles y se anticipa a cualquier deseo que puedas tener , el Chef Federico transmite con devoción las exquisiteces que prepara, Eduardo, Cándido y Gustavo acompañan con mucha profesionalidad y vocación de Servicio y están en todos los detalles!
Habitaciones cómodas y con estilo, servicio 5 estrellas.
Hemos pasado una excepcional estada.
Volveremos sin duda , es excelente,!!

Mucho verde y el ruido de los pájaros es increíble. La comida es excelente, no hay necesidad de moverse del lugar. El personal siempre está pendiente de todas las necesidades. Especialmente Gustavo y María y todos los que nos atendieron 10 puntos! Está la posibilidad de andar a caballo, carruajes, bicicletas, caminata al río. Buenos momentos de lectura en la biblioteca con unos ventanales que brindan una vista sin igual. La pileta enorme y las reposeras súper cómodas que invitaban a una siesta luego del monumental asado. Las meriendas caseras una delicia y la cena, con las diferentes opciones, una maravilla. Las habitaciones muy limpias y cómodas. Y lo mejor, no hay televisión en la habitación por lo cual uno se aisla del mundo. Ah, la cancha de polo y el domador de caballos al estilo indio, algo increíble. En resumen, un lugar para conocer y volver