Hermoso lugar y muy buena atención, lastima que no te dan por cortesía alguna copa de vino para probar. Nunca me pasó en las visitas a otras bodegas
Hermoso lugar y muy buena atención, lastima que no te dan por cortesía alguna copa de vino para probar. Nunca me pasó en las visitas a otras bodegas
Concurrimos en familia y fuimos recibidos por Mónica quien fue una excelente docente describiendo el proceso desde la cosecha de la uva hasta la estiba en toneles. El lugar es privilegiado y que está en el alto de la montaña con vista a todo el valle y ofrece la oportunidad de comprar el vino directamente desde su origen.
Hicimos degustación. Y visita. 11 puntos la atención y la calidad de los vinos. El paisaje es único, con el camino de cactus y la montaña de fondo.
Buen entorno y gran paisaje en el camino de pocos kilómetros a esta afamada bodega, de pequeño tamaño y producción en comparación con otras. Está en manos de la familia Etchart, pero este nombre lo mantiene una bodega de mayor tamaño que ya fue vendida. La visita fue amablemente atendida pero rápida, y la degustación de tres productos buenos pero no de los mejores de la bodega. Sin embargo recomiendo la visita, en mi caso la compartí con otra bodega grande y más próxima a Cafayate.
Hermosa bodega que produce unos vinazos. Si bien el camino para acceder es de ripio y malo, vale la pena es esfuerzo para llegar. Te recibe Mónica, que con una claridad y pasión te explica la historia y presente de la Bodega. No es necesario reservar turnos para la visitas. Las vistas del Valle son preciosas.
San Pedro de Yacochuya es una excelente bodega que produce de los mejores vinos de la Argentina sin dudas.
Muy cálida atención tanto de sus dueños como del personal y las vistas del camino a Yacochuya son sorprendentes.
Vale la pena llegarse hasta allí!!!!!!!!!