El emplazamiento, la decoración, la atención, la comida, la limpieza... todo es de diez. El buffet de desayuno y cena son buenísimos, pero el restaurante es espectacular. Todo en este hotel invita al relax. Las instalaciones tanto en la playa como en la piscina están genial y dispone de servicio de alquiler de bicis. Todo el personal es increíblemente atento y se preocupan de que estes a gusto, solucionando cualquier pregunta o contratiempo. La habitación enorme, preciosa y limpísima, con servicio de limpieza por la mañana y a última hora de la tarde. Estamos deseando volver!