Fuimos una semana de luna de miel y fue un paraiso. Las habitaciones son preciosas, cómodas, cada noche te preparan la cama y te dejan unos chocolates. El buffet de desayuno y cena es muy variado y la localización es espectacular.
El Spa... increíble. El servicio genial, siempre con una sonrisa. Sobre todo el barman Prashan!! Nos trató de maravilla y tuvimos muy buenas conversaciones mientras nos tomábamos uno de sus cócteles dentro de la piscina infinity (de las más bonitas que he visto)