El hotel se encuentra a unos 10 minutos de la playa de Anse Severe que es la mejor playa de La Digue para hacer esnorquel. Tienes un pequeño comercio al lado del hotel con bebidas frías y cerca está el take away Mi Mum's y la panadería Glorious bakery que preparan también comida para llevar.
Cada habitación es una villa. La habitación y la terraza son muy grandes: cama grande y cómoda. La decoración es muy original: de la mesilla de noche a la caja de pañuelos. Me enamoré del baño: todo de piedra hasta la ducha. Está todo muy cuidado y limpio. Por la noche hay un servicio de noche en la habitación (te abren la cama, ponen chocolatinas...). Reponen por la mañana y por la noche las botellas de agua mineral.
La piscina es infinita con unas vistas al mar impresionantes y con unos chorros. El hotel en general es muy bonito. El spa está arriba en la montaña y hay unas vistas espectaculares.
El desayuno buffet es con vistas al mar o con los pies en la arena si quieres. Buena comida, lo único que he echado en falta en un hotel de esta categoría es que no hubiera más variedad de zumos (solo zumo de naranja de bote y de piña).
Es un hotel caro pero merece la pena. Lo recomiendo: no tendrás ganas de irte!!