Este es un hotel en un pequeño piso en el casco antiguo del pueblo, así que se puede ir paseando a todos los restaurantes, bares, tiendas, etc. Lucian y su equipo no podían ser más amables y eran felices recomendando y reservando restaurantes, etc. El desayuno es excelente, con zumo de naranja recién exprimido, cereales, fiambres, queso, fruta fresca, etc. Incluso mejor en la terraza, cerca de la piscina, si el clima lo permite. Las habitaciones pueden ser un poco pequeños para algunos, pero a nosotros nos resultaron más que suficientes. Equipamientos de alta calidad y una preciosa vista de las montañas desde nuestra terraza (habitación n.º 4). En tanto que es un hotel pequeño, podéis oír ruidos de las habitaciones cercanas, p. ej., la ducha; pero eso no es un problema, a menos que deseéis pasar las vacaciones encerrados. Un bar honrado y wi-fi gratuito. El único hotel comparable en una ubicación como esta es el cercano Residenzia, a un precio 2 o 3 veces mayor.