Es la segunda que vez que visitamos este alojamiento, hace unos años estuvimos y nos encantó, es muy rústico todo, desde el suelo hasta el mobiliario, un sitio con encanto donde no hay recepción, te dan la llave y tu entras y sales.
Como crítica constructiva necesita un repasito en los baños, cosas oxidadas y juntas un poco oscuras, mi baño no tenía ducha ni bidé, y la bañera no tiene un asa cómoda para salir comodamente, simplezas que se hacen con facilidad.
El desayuno es mu bueno, y la señora que te atiende se desvive en tu estancia.
En verano la piscina está muy bien, aunque hay pocas hamacas, otro aspecto a mejorar.