Sensaciones agridulces. A este hotel le sobra una estrella. La sensación es que entras en un lugar que se ha congelado en el tiempo, lo cual en sí no tiene mayor problema, pero hay una falta de limpieza obvia (telarañas en focos en comedor, churretones en cristales de piscina de hace eones)… El precio, por cercanía a pistas y demás está bien, por instalaciones ya no tanto. El servicio, bien, sin más. En comedor quizás demasiado cercano, más propio del bar de abajo de tu oficina que de un 4 estrellas. Maquinaria vieja en comedor que, me repito, necesita renovación. En general, y cualquiera con un poco de visión lo verá, el problema viene de arriba, de la propiedad o la dirección, y las carencias de estas se filtran ah is abajo de su organización hasta que son palpables para el cliente.