Estuvimos durante el mes de agosto en una habitacion estandard, con una terrazita preciosa. Llegar a la habitación era algo intrincado, pero obviamente se trata de un palazzo y es dificil adaptarlo a usos modernos. El personal es amable y servicial, aunque algunos no entienden correctamente el hotel. Aparcar en Modica puede ser una pesadilla, pero el personal se ofrece a aparcartelo y lo hacen rápidamente. Como fuimos coincidiendo con nuestro aniversario nos dijeron que nos iban a invitar a una copita de prosecco...pero nunca nos lo llegaron a dar. Algo raro.
La gestión es familiar y muy agradable.
Los desayunos, continentales y adecuados, el café muy bueno y la sala de desayunos encantadora.