Habíamos reservado una habitación con vistas al mar pero no nos terminaba de convencer, nos ofrecieron la posibilidad de cambiarla por una de las habitaciones con tumbonas y acceso a la piscina particular por un suplemento y fue todo un acierto, totalmente recomendable. Tiene actuaciones en el bar de la piscina que están muy bien y sobre todo las copas y la atención fueron inmejorables. En especial mención a Carla y su hermana que van a pasar allí 4 meses y nos hicieron la estancia muy agradable. Al ser un restaurante únicamente para adultos los niños no pueden ir a las actuaciones.
Los desayunos son de tipo buffet pero cada día tienen dos platos especiales (uno dulce y uno salado) que te los sirven a la mesa. El restaurante para cenar también está bien.
La playa de Kolymbia es tranquila, de aguas cristalinas pero de guijarros. El hotel no está en primera línea de playa por lo que hay andar un poco y a veces pasar por medio de otros hoteles.
Hay un pequeño parking en la parte de atrás (gratuito) con pocas plazas pero nosotros nunca tuvimos problemas para aparcar el coche de alquiler.