Hotel correcto para visitar la zona este de Puerto Rico. La decoración está anticuada, aunque todo limpio.
No hay ascensor con lo que si toca una habitación en los pisos superiores hay que cargar con la maleta.
Tiene parking privado, lo cual se agradece.
Nos sirvió para hacer las excursiones que queríamos hacer de la zona: bahias bioluminiscentes y vieques.
El desayuno bien. Cafe, tostadas, bananas, cereales y cada día hacen un plato en caliente
Las habitaciones no disponen ni de caja fuerte ni frigorifico. Lo cual es un gran inconveniente con las temperaturas de la isla. No se puede tener agua fresca.
La zona no nos daba mucha seguridad.