Con una ubicación, trato y restauración excepcional, nos ha encantado. Recomiendo la excursión en barco para conocer las islas de alrededor y la visita al Valle de Mai, la cena romántica solo para dos y su magnífica playa e instalaciones. Los niños alucinaron con las tortugas del hotel, a las que pudimos dar de comer a diario. El Kid Club tiene unas fantásticas actividades, como cine al aire libre y cursos de cocina y el trayecto en helicóptero desde el aeropuerto internacional fue el broche de oro para un viaje que recordaremos siempre.