Fui a cenar en un grupo de 4 personas, teníamos la reserva hace 1 mes y me llama el mismo día para ver si nos puede poner en una mesa “más íntima” ya que su compañera ha cogido una mesa de más de 20 personas a la misma hora. Se trata de una mesa alta con taburetes al lado del baño, en el pasillo y sin iluminación ninguna, finalmente le digo que no queremos sentarnos ahí, nos dejan en el comedor donde inicialmente estábamos, al llegar veo que sobran mesas dentro, no lo entendí muy bien, eso por un lado.
Si tengo una reserva hace 1 mes y la confusión de su camarera es con una mesa que ha reservado posteriormente, no es ami a quien debe llamar creo.. en cuanto a la comida, comimos unos puding variados que estaban bien, el pulpo estaba bastante rico, las croquetas tipo congeladas y las gambas al ajillo, completamente duras, sin sal y los ajos sin cocinar, además todas las raciones salvo la de los punding me parecieron muy escasas, los postres muy básicos también, tengo que comentar que en la zona había corrientes de aire, pase frío, y debido a las corrientes hubo varios portazos. Además me pareció caro para la calidad de lo que comimos, 4 raciones, 3 postres, 2 vino, más de 17€ por cabeza, no creo que vuelva.