El lugar divino, los cuartos limpios, prolijos y muy acogedores.
Los dueños un amor, el desayuno muy bien hecho, todavía estoy tratando de recrear el sandwich de pan casero, queso, oliva y tomate.
Nos ayudaros para aparcar el auto fuera del centro y al otro día nos lo trajeros de vuelta.
Hicimos caso a las opiniones de trío avisor y no nos equivocamos!
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