Fuimos en familia en enero. Reservamos a través del envío de pesos por correo y no hubo ningún inconveniente. Luego del primer contacto nos manejamos con la administradora de la posada que se llama Bianca, vive ahí mismo en la Posada, y es super amable. Ella me sacó todas las dudas, me permitió enviarle menos de la seña mínima requerida, aunque finalmente pagamos casi toda la estadía desde Argentina, ya que convenía porque la conversión a reales se hace teniendo el cuenta el valor del dólar oficial en Brasil y conviene pagar desde acá en pesos. Ella me dió mucha información sobre la cabaña y sobre Praia do Rosa en cuanto a cosas que hacer, forma de moverse, donde comprar, como llegar, donde comer, etc. La Posada queda a unas 15 o 20 cuadras de la playa y para llegar es conveniente trasladarse en vehículo aunque se puede llegar caminando. La posada se encuentra sobre una calle transversal con poco tránsito, por lo cual es muy tranquila y casi no se escuchan ruidos. A media cuadra hay una avenida no pavimentada que lleva al Centrinho de Praia do Rosa a unas 5 o 6 cuadras, donde se encuentran tiendas de ropa, regalos, y muchos lugares para comer. La Posada cuenta con cabañas más pequeñas para 2 o tres personas, y una cabaña grande para hasta 10 personas que tiene dos niveles y es muy grande. En esta paramos nosotros. La cabaña tiene un gran living comedor con sofá cama, con la cocina integrada, con horno, heladera con freezer, doble ingreso, baño amplio, y en un primer piso dos amplias habitaciones con una cama matrimonial y cucheta en cada una. La cabaña es muy luminosa y aireada, y arriba una de las habitaciones tiene un balcón con cama paraguaya y vista a la laguna y dunas. El predio de la posada no es muy grande y no queda mucho espacio cuando los autos están estacionados en cada cabaña, pero eso es lo que ocurre en la mayoría de las cabañas que vimos en los alrededores. Como nuestra cabaña era la más grande y andábamos en dos autos nos permitieron estacionar un auto adelante y otro al costado. El único problema es que al estacionar el auto no queda lugar para sentarse fuera de la cabaña ya que hay poco espacio. Al lado teníamos la pileta que es grande con solarium sillas, mesas y sombrillas, y al lado un quincho con parrillero, sofá, ping pong, pool, mesas y sillas para hacer un asado. Pero el quincho se puede utilizar hasta no muy tarde porque el quincho está pegado a una cabaña. En el predio hay mucha vegetación muy bien cuidada y una casa de muñecas a la que le faltaba un poco de mantenimiento. La cabaña también tenía tender para colgar la ropa, todos los utensillos de cocina, sábanas y toallas, algunos elementos de limpieza, pero no cuenta con aire acondicionado ni microondas. La pileta es de amplia y muy bien cuidada. El portón se mantiene cerrado y uno cuenta con el sistema de manejo automático para poder entrar y salir cuando es necesario sin molestar a nadie. El único inconveniente que tuvimos fué que la cocina tiene una tapa de vidrio templado que cayó sin querer y se rompió y nos cobraron el nuevo vidrio, pero se solucionó rápidamente ya que Bianca gestionó el arreglo. La relación precio-servicio es muy buena y la atención de Bianca excelente. La recomiendo pero en lo posible si se cuenta con vehículo que permita moverse con más libertad para llegar a las diferentes playas.