Cuando se accede al predio mediante el portón eléctrico, no se puede creer lo que es la construcción de las cabañas, asombra ver que alguien haya puesto tanta dedicación y cariño para lograr ese objetivo, desde los detalles exteriores de las mismas, hasta el interior te deja asombrado. Como dice es: "Tronco y piedra", desde afuera se ven en la parte baja las paredes comenzar en grandes piedra y hacia el techo siguen los enormes tirantes a la vista trabajados que también se aprecian desde el interior. Los pisos son de madera, pero tal como se cortan del árbol, pulidas pero con su forma original. Las escaleras también hechas con troncos, como la mesada de la cocina, la del baño, las puertas de la cabaña, y un sin fin de detalles en madera que sería largo de enumerar. Antonio es el creador de esta estructura, pero se ve la mano femenina de Alejandra en todos los cortinados, bordados y otros detalles interiores. Estacionamiento cubierto, juegos para los chicos (tambien algunos hechos con troncos por Antonio, pileta climatizada, yacuzzi, plantas frutales, con mesas y sillas plásticas en el exterior en cada cabaña para gozar de la sombra de los árboles y del parque en verano. Desayuno servido en la cabaña, etc.etc. y en todo momento contando con la predisposición y amabilidad de Alejandra y Antonio para lo que se necesite, dos seres extraordinarios. El lugar (Huerta Grande) no es muy grande, pero está a pocas cuadras del centro comercial de La Falda, donde abundan todo tipo de locales comerciales y gastronómicos. Unas cabañas que podrá haber parecidas pero no con ese estilo de construcción personalizada. Las recomiendo.