Desde que llegamos al hotel nos atendieron de maravillas. El hotel es hermoso, muy tranquilo, ideal para ir a descansar. La habitación era super amplia con dos cama frigobar y balcón con vista al mar, un lujo! El desayuno bien completo y todo muy natural y fresco. El último día hicimos el checkout porque la habitación estaba ocupada pero podíamos seguir usando las instalaciones y nos guardaban las valijas. Aprovechamos y comimos ahí, y al contrario de lo que uno pensaría, el costo era el mismo que cualquier restaurant, nada caro. Lo único para remarcar es que hay que ir con auto ya que está alejado del centro, pero cuenta con estacionamiento.