Es un hotel chico con una ambientación muy cálida. Las personas en recepción son súper serviciales y tienen la mejor predisposición. La habitación era muy linda, buena ducha y una cama cómoda. El desayuno era muy correcto, el jugo de naranja exprimido estaba genial. A raíz de la pandemia, ya no es más buffet, te lo traen a la mesa y consiste en unas tostadas, una infusión caliente, jugo de naranja, budín, ensalada de frutas (no recuerdo si algo más). Algunas cuestiones a tener en cuenta es que el camino hasta el hotel es en una pendiente pronunciada con ripio, lo cual dificulta bastante la conducción hasta el lugar. Otra cosa a tener en cuenta es que había insectos (lo cual para mí no fue menor porque les tengo fobia), aunque puede que haya sido porque recién retomaban las actividades. Finalmente, vale destacar que conserjería funciona con horarios. Esto no fue un porblema para nosotros, pero si te gusta tener a alguien siempre disponible, puede ser un factor a tener en consideración. Lo recomendaría 100%!