La estancia en el hotel ha sido agradable y para repetir. La zona de piscina, con vegetación está muy bien, es muy tranquilo y apetece estar ahí, además de que la atención de los camareros es muy buena, atentos en todo momento.
Las habitaciones son agradables, la comodidad de la cama es normal y las almohadas incómodas, una pena.
Pet friendly y además con detalles para ellos nada más llegar. Tenía una bolsita con premios y huesos, detalles que les hace especiales.
Tienen restaurante, la pinta era muy buena pero la calidad nos defraudó. Le dimos dos oportunidades y no nos gustó, de hecho algo nos sentó mal.
Por último, el desayuno, que es el momento que más nos gusta del día. Nos pareció escaso, los fiambres de baja calidad, el pavo olía a estar abierto durante bastante tiempo… una pena, pintaba muy bien pero, la calidad no era la que esperábamos y más por el precio que tiene la estancia y además, había muy poca variedad de producto.
Tienen servicio de masajes y la verdad que la chica sabe lo que hace, ese servicio nos ha gustado especialmente. Merece la pena.
Como lugar para venir a relajarte está muy bien, pero tenemos claro que si volvemos tendremos reserva de comidas y cenas TODOS los días fuera del hotel.