La vivienda está ubicada en un agradable y tranquilo residencial, con jardín, piscina y posibilidad de aparcamiento en la calle, junto a la puerta de acceso.
La distancia al centro urbano de Moraira y a la playa de la Ampolla es de unos 300 ó 400 metros, lo que supone un agradable paseo. Para desplazarse a la playa del Portet o llegar a cualquiera de las bonitas calas de la zona, sería necesario un automóvil o caminar varios kilómetros.
El mobiliario de la vivienda es bastante antiguo y lo mismo ocurre con la cocina, aunque el baño si había sido reformado. No cuenta con aire acondicionado (sólo tres ventiladores en techos de dormitorios y comedor) y las instalaciones de agua, gas y electricidad tampoco estaban actualizadas, aunque funcionaban bastante correctamente.
Finalmente señalar que cuando llegamos pudimos comprobar que sólo tenía una antena parabólica, que únicamente permitía ver canales de tv ingleses. Como deseábamos ver las Olimpiadas, nos pusimos en contacto con la propietaria para solucionar este asunto y algún otro problema de menor importancia. Se ocupó de enviar a una persona que solucionase nuestros requerimientos, menos el de la tv, indicándonos que si queríamos ver los canales españoles deberíamos haberlo dicho antes, lo que parece bastante absurdo, ya que en España es obligatorio que todas las viviendas tengan una antena de tv que pueda captar los canales de ámbito nacional, de hecho todos los chalets del residencial disponían originalmente de una antena de este tipo, habiéndose retirado en el que nos alojamos.
Con todo ello, puede decirse que disfrutamos de una agradable estancia veraniega.