Hermoso lugar . Vistas alucinantes. Nos toco un día de mucho viento pero pese a eso las vistas eran... Más información
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Nos encantó, pero por lo mal señalizado (cartelería rota) nos perdimos e hicimos muchos km demás... Más información
Impactante! Fascinante, nos encanto! Fuimos en familia ya advertidos que esta Reserva Marina era muy particular con su impronta personal. El viaje a través de los 80 km que la separan de Puerto Deseado da la posibilidad de avistar animales terrestres típicos de la estepa patagónica como guanacos, zorros, piches y las maras que están en peligro de extinción.
Al llegar se cruza un istmo, que es la parte angosta de un tómbolo (formación geolñogica formada por un cabo y dos bahías a cada lado, conectadas por un istmo). En el cabe se levantan porfiros rojizos altísimos e imponentes que se destacan a gran distancia y sobre el cual se erigio el Faro Cabo Blanco de la Armada Argentina. Tras subir 80 escalones de gran tamaño se accede a la base del mismo y a un mirador con vistas impresionantes del mar que se pierde en el horizonte y de las dos bahías que circundan el cabo. Esparcidos enfrente del faro hay islotes llenos de lobos marinos de un pelo (el que se encuentra en toda patagonia) y de dos pelos ( más pequeños, con hocico respingado, muy lindos). Se pueden apreciar muy bien llevando binoculares!
Las bahías son como la mansa y la brava de Punta del este. La del norte es más abierta, grande y con canto rodado gruseo. Generalmente tiene oleaje porque está más expuesta a los vientos predominantes en la zona. La del sur es más pequeña, cerrada y más tranquila, con canto rodado pequeño, muy agradable para sentarse a tomar mate, disfrutar de la playa, pescar, etc. Cerca de esta bahía hay un camino que conduce al sifón, especie de espiráculo (respiradero) de una ballena ya que cuando sube la marea, pasa por una grieta angosta y el agua sale despedida con gran violencia hacia arriba, simulando un sifón o slopido de ballena. es divertido esperar el momento del splash y dejarse rociar por el spray marino. Ahí nomas hay una cormoranera bastante grande de cormorán imperial que se ven muy bien aún sin binoculares. El lugar es ideal para sacarse miles de fotos ya que desde ahí también se puede ver el faro, desde una perspectiva totalmente diferente.
Para los amantes de la historia tienen ex estafeta postal y casa del guardahilos, testigos silenciosos de lo que alguna vez fue un pequeño pueblo pujante. Ambas casa fueron recuperadas y están impecables. Existe un cementerio pequeño y algunos árboles plantados por el hombre que delata su presencia hace mucho tiempo atrás. El apostadero Naval al pie del faro no tine desperdicio, y está pronto de cumplir sus 100 años.
El lugar no cuenta con servicios salvo con algunos sanitarios a medio hacer (le faltan las puertas). No hay donde comprar víveres ni cargar combustible. esto hay que preverlo antes de realizar el viaje. LLevar mucho líquido porque si les toca un día de calor realmente necesitarán agua.
se puede acampar, la entrada es gratuita y siempre es recomendable avisarle a alguien en el pueblo (hotel, alguien conocido) que irán a la reserva de tal manera que si no regresan, por ejemplo por desperfecto en el auto, alguien dará aviso de su ausencia.
De ahí se puede combinar e ir a visitar la salina, que sale de la margen norte (derecha) del camino principal. La salina es increíble, rarisima, diferente, como una enorme laguna de sal petrificada. Vale la pena visitarla! Es un bonus track de la reserva! De ella se extraía sal que por medio una trochita angosta llegaba a Cabo Blanco donde se la sacaba por barco y es la que dio vida también al pueblo!
Para llegar hay que hacer unos 90 km desde Puerto Deseado, pero vale la pena. Parte del camino es de ripio y está en buenas condiciones. Por la ruta provincial 281, pasando la localidad de Tellier, esta la bajada al ripio. Está bien señalizada. Hay que llevar alimentos y bebidas porque no hay lugar para comprar o comer. La entrada es gratuita. En el trayecto se puede divisar una gran salina, que nos quedó por visitar. Se atraviesan varias estancias, separadas por guardaganados.
En la distancia se puede divisar el faro instlado sobre el cabo rocoso. Para acceder al mismo hay que subir unos cien escalones El faro fue construido en 1915. Allí arriba esta también la casa del guardafaros.
La vista es única. En una isla del frente hay una colonia de lobos marinos de dos pelos. Hacia la izquierda se encuentra una playa, que por el día ventoso que nos toco, estaba con mucho oleaje. Sobre el otro lado hay otra que está al resguardo donde se puede pescar tranquilamente. Sobre la costa y en los islotes cercanos se pueden ver numerosas especies de aves. Hay una zona llamada El soplador, porque cuando sube la marea al pasar entre las piedras produce chorros de agua con espuma. En el lugar hay también una edificación que corresponde a una estafeta de correo de esa época. También hay un pequeño cementerio con unas pocas cruces.
Un lugar muy tranquilo, con poca gente, para pasar medio día o el día completo y sacar cientos de fotos.