La ubicación de la hostería es muy buena. El aspecto es acogedor. El estar o desayunador es muy agradable. El desayuno muy bueno, con variedad de bizcochuelos, aunque sugeriría agregarle frutas y fiambres y que el jugo fuera exprimido.
Elegimos una habitación exterior porque se veía linda en las fotos, nos dieron la número 48 que no tenía nada que ver con lo que figura en la página. La cama es de 1 y 1/2 plazas, con un colchón hundido en el centro, almohadas demasiado finitas, ropa de cama manchada. Las toallas, aunque tuvimos que ir a reclamar porque nos dieron un juego para los dos, son de buena calidad. Al llegar, el depósito del baño estaba chorreando y el botón no cortaba, avisamos pero como vimos que ya lo sabían, sacamos la tapa del depósito y listo.
Había agua caliente pero tuvimos que sacar la roseta de la ducha porque estaba tapada.
Al ingresar a la habitación había una cantidad de mosquitos que no se podía estar, por lo que fuimos a hablar y nos dieron un repelente con el que estuvimos bien. El AA funciona perfecto y se está agradable. La heladera, aunque uno no la usa más que para una botella estaba súper sucia.
La pileta está prácticamente en la calle, es decir que cualquiera entra y se de un chapuzón, inclusive un perro puede entrar.
La tranquilidad es muy difícil de lograr ya que se escucha todo lo de las habitaciones contiguas, inclusive la gente de al lado hizo rancho tomando cerveza con la cumbia a alto volumen en la pileta hasta tarde.
Es un lugar que da para mucho, tiene cosas buenas y cosas malas, pero le faltan detalles.